POSIBLES FUENTES DEL LATÍN VULGAR II

19.01.2023

En la primera parte de este paseo por las posibles fuentes del latín vulgar aprendimos que hubo estudiosos que habían investigado cuánto "de vulgar" había en los considerados como "clásicos" y descubrimos que en ellos no había gran cosa, por eso los estudiosos tuvieron que buscar en otras fuentes y ahí sí que encontraron vulgarismos ¡Veamos! 

En primer lugar, se acercaron a los textos técnicos, con la premisa de que en ellos lo más importante es el contenido y la forma queda relegada a un segundo plano. Entre ellos se centraron en los textos técnicos de agricultura y en concreto en los textos de Catón, Paladio, Columela y Varrón y en estas obras sí se encontraron vulgarismos, pudiendo incluso ser intencionados por estas escritas sus obras para los terratenientes. 

Los estudiosos posteriormente pasaron a las obras enciclopédicas, pero en ellas se hallaron pocos vulgarismos igual que en las obras jurídicas donde el tono es más elevado que en los textos para los trabajadores de la tierra. Así los estudiosos pudieron constatar que las fuentes más útiles para el latín vulgar son las destinadas a lectores de más baja sociedad como por ejemplo las obras de medicina y veterinaria destinadas a los escuadrones del ejército romano o las obras de arquitectura como la de Vitrubio que se declara a sí mismo arquitecto y no gramático, exculpándose de los errores que pudiera haber en su obra. 

También en esta línea de obras para la capa más baja de la sociedad se encuentran las obras cristianas que son muy interesantes para el estudio de los vulgarismos pues estas obras están escritas usando el sermo humilis, un estilo simple en el que el lenguaje es únicamente una herramienta o instrumento de comunicación para transmitir las Escrituras. 

Así pues, podemos decir que las fuentes definitivas para el estudio de los vulgarismos son los textos técnicos y las obras cristianas y pone de manifiesto su relación con las clases bajas.