LOS PLACERES DE LOS TRABAJOS DE LA TIERRA
Llevamos un tiempo trabajando en nuestro cuaderno de botánica, en contacto con la tierra y por ello hoy quiero compartir contigo los placeres de los trabajos de la tierra según nos los cuenta el propio Catón en el De Senectute. ¡Vamos a conocerlos!
Lo primero de todo, quiero que sepas que estos placeres se nos cuentan en De Senectute, XV, 51-54. Cicerón introduce esta perorata sobre los trabajos del campo por la afición que Catón tenía al cultivo de la tierra como demuestra en su obra De agricultura y la presenta en este diálogo porque Catón hace un catálogo de las aficiones que se pueden desarrollar a la vejez y que él considera que son placenteras para las edades más avanzadas.
Pues bien, en el parágrafo 51, en primer lugar, nos cuenta sobre cómo crecen las plantas desde que se siembran las semillas hasta que dan fruto. En los siguientes parágrafos, nos habla de la vid, y de cómo crece ella, además de cómo los agricultores la cuidan y cómo le agrada a él.
En el parágrafo 54 nos habla de su propia obra sobre el cultivo del campo y sobre obras o textos parecidos mencionando a Hesíodo -por sus Trabajos y Días- y a Homero. Posteriormente hace una lista de todos los trabajos del campo que le gustan:
nec vero segetibus solum et pratis et vineis et arbustis res rusticae laetae sunt, sed hortis etiam et pomariis, tum pecudum pastu, apium examinibus, florum omnium varietate. nec consitiones modo delectant, sed etiam insitiones, quibus nihil invenit agri cultura sollertius.
Lo que se traduce como: Las labores rústicas son placenteras por las mieses de la tierra, por los prados, por las viñas y arbustos, y también por los huertos, los árboles frutales, por los pastos para los animales, por la vigilancia y cuidado de las colmenas, por la variedad de todas clases de flores.
Igualmente uno disfruta con las siembras y con la labor de injertar, gracias a los cuales el cultivo del campo se hace mucho más agradable.