LAS TERMAS DE LA ANTIGUA ROMA

05.10.2021

Ayer visitamos unas de las termas de la ciudad de Roma y hoy vamos a ver qué aspectos formales tenían unas termas romanas. 

En latín las termas o baños públicos eran llamadas con diferentes términos: thermae, balneae, balineae, balneum y balineum. 

Ya vimos que las termas de Caracalla tenían unas tiendas que daban a la vía Appia, estas en latín eran conocidas como tabernae, igual que las tiendas de los bajos de las insulas y las domus. 

Una vez dentro del edificio había salas dedicadas en sí al baño y otras dedicadas al ejercicio físico e incluso al ejercicio de la mente. 

Lo más cercano a la entrada eran los apodyteria, en español, los vestuarios que eran habitaciones con un banco corrido y en la pared unas hornacinas sin puertas, donde se depositaban las ropas y los objetos personales y un esclavo las vigilaba. 

Una vez las personas se cambiaban solían hacer ejercicio físico en las palestras y posteriormente solían hacer un recorrido de más calor a frío. 

El recorrido empezaba en la sala laconium que era una sala de baños de vapor, como nuestras saunas, de ahí pasaban al caldarium que era una sala también caliente con una piscina en la que se podían bañar en agua caliente y solía ser la sala mejor decorada de las termas. 

Después del baño caliente, pasaban a un baño templado en el tepidarium y de ahí a la piscina de agua fría, frigidarium, donde podían practicar la natación, natatio en latín. 

Para lavarse los romanos no usaban jabón sino que usaban aceite y un estrígilo para quitarse el aceite de la piel. Esta tarea podían hacerla los esclavos por ellos o podían hacerla el personal de los baños. 

Después de los baños, se podían contratar masajes, servicios de barbería y peluquería con esclavos especializados en ello, también había bibliotecas, jardines y lugares de reunión para charlar o incluso para escuchar lecturas y debates.