JANO

13.01.2021

Cabeza de Jano bifronte proveninete de Vulci, siglo II a.C., Museo Nazional Etrusco di Villa Giulia, Roma.

Jano es la divinidad a la que estaba dedicado el mes de enero como os comenté la semana pasada. Por ello os voy a contar quién era esta divinidad. 

Jano es de los más antiguos dioses de Roma y es representado con una figura masculina bicéfala con dos rostros con barba que se oponen. 

Para los latinos primitivos era el dios del cielo luminoso y el origen de todo, era el portero celeste y abre el cielo a la luz, de hecho su nombre deriva de la palabra ianua que significa puerta. 

Su leyenda está ligada a la de los orígenes de Roma. Se instauró sobre el Janículo, una de las siete colinas a la que le dio su nombre, y reinó durante la edad de oro junto con Saturno a quien acogió. 

Cuando el Capitolio fue invadido por las tropas sabinas y la derrota de los latinos parecía inminente, Jano hizo brotar un manantial hirviente frente a los enemigos y cuando murió lo divinizaron. 

Por eso, las puertas del templo de Jano, en el Foro, cerradas en tiempos de paz, se abrían en tiempos de guerra para que el dios pudiese acudir siempre en ayuda de Roma. 

Jano es la divinidad del umbral y la puerta que como él tienen doble faz. Pero se le honraba sobre todo como dios de todo comienzo, de ahí que el mes dedicado a él pasase a ser el primero y también razón por la que en las plegarias y los ritos se le invocase en primer lugar, antes incluso que a Júpiter. 

Dato curioso: en sentido metafórico, un jano es una persona que presenta dos caras o dos aspectos diferentes por ello a veces el término es sinónimo de hipócrita.