HISTORIOGRAFÍA

28.06.2021

La muerte del cónsul Decio, Museo del Prado.

Empezamos la semana aprendiendo más sobre el género literario de la Historiografía, es decir, el género dedicada a narrar hechos históricos. 

El origen de este género en prosa en Roma se encuentra en la historia analítica, esto es, la que se desarrollaba en anales que eran escritos donde se contaban los hechos año a año. 

Los documentos que manejaban los analistas eran las tablillas del Pontifex Maximus con los sacrificios, días fastos y nefastos, los cónsules de cada año y acontecimientos destacados y con estos documentos elaboraban textos historiográficos. 

Los primeros analistas narran desde la monarquía hasta las Guerras Púnicas y escriben en griego. Los más conocidos son: Fabio Pictor, L. Cincio Alimento y Gayo Acilio. 

El primer historiador romano que escribió en latín fue M. Porcio Catón que escribió Orígenes a la manera de los analistas anteriores y al igual que Catón hubo más analistas. 

Al llegar la República, Cicerón que no escribió ninguna obra historiográfica en algunas de sus obras sentó las pautas de lo que tenía que ser la historiografía: el historiador tenía que narrar además de investigar los hechos y debe servir como ejemplo de los nombres y hechos del pasado. 

En la República también, pero alejándose de lo que decía Cicerón, Julio César uso la historiografía para hacer propaganda de sus hazañas narrando año a año su campaña en las Galias y en la Guerra Civil frente a Pompeyo. 

Salustio, por su parte, siguió el modelo de Cicerón para su Conjuración de Catilina y Guerra de Yugurta, dos monografías sobre hechos de la historia de la Antigua Roma. 

En la época de Augusto, destacó Tito Livio con su obra Ab urbe condita que narra de los orígenes de Roma al año 9 a.C. 

El último historiador romano fue Tácito que compuso 4 obras historiográficas: Agrícola y Germania que son menores e Historias y Anales que son sus obras mayores, sobre acontecimientos de la época del Imperio romano.